4 formas para dejar de postergar tareas
Postergar tareas es un hábito común que suele afectar a muchas personas en su vida diaria. A menudo, posponemos tareas importantes o difíciles, optando por actividades más placenteras o menos demandantes. Sin embargo, este comportamiento puede generar estrés, ansiedad y un descenso en la productividad.
¿Sueles dejar las “cosas para mañana” y tu lista de tareas pendientes se hace cada vez más interminable? ¿No sabes cómo avanzar? ¿Ni a cual darle prioridad?
Afortunadamente, existen estrategias efectivas y muy simples de implementar para recuperar el control sobre nuestras responsabilidades. Aplícalas y descubre sus resultados por ti mismo.
- Si es una tarea que no te gusta y estás evitándola, busca la manera de encontrar motivación, de transformar esa sensación en algo agradable. Por ejemplo, escucha la música que más te gusta o hazlo en equipo.
- Si es una tarea que te está abrumando y resolverla te llevará mucho tiempo y concentración, focalízate en los resultados que traerá. Para ello, cultiva el hábito de comenzar con una lista en donde avances de a pequeños pasos, para romper con ese sentimiento y generar impulso para seguir adelante.
- Si tienes miedo al fracaso y temes no cumplir con las expectativas, es importante examinar las emociones que están impidiendo el progreso. Para ello, supera el sentimiento negativo y acepta que los errores son oportunidades de crecimiento.
- Si tienes sobrecarga de tareas, lo ideal es utilizar técnicas de gestión del tiempo, para aumentar la productividad y ayudar a evitar la postergación. Inclusive, anímate a delegar y confía en otras personas que pueden ayudarte a avanzar. Tres técnicas útiles de gestión de tiempo son:
a. Pomodoro: Divide el tiempo en intervalos de trabajo de 25 minutos, seguidos de descansos cortos de 5 minutos. Después de completar cuatro intervalos, toma un descanso más largo de 15 a 30 minutos. Esta técnica fomenta la concentración y evita la fatiga mental.
b. Regla de los 2 minutos: Si una tarea tarda menos de 2 minutos en completarse, debes hacerla de inmediato en lugar de posponerla. Esto evita que las tareas pequeñas se acumulen y se conviertan en una carga mayor.
c. Técnica de Bloques de Tiempo: Consiste en asignar bloques específicos de tiempo para realizar tareas similares o relacionadas. Por ejemplo, puedes dedicar una hora por la mañana para responder correos electrónicos y otra hora para trabajar en un proyecto específico. Establecer bloques de tiempo te ayuda a mantener el enfoque y evitar distracciones.
Postergar tareas puede ser un hábito difícil de superar, pero con las estrategias adecuadas y un compromiso personal, es posible. Al establecer metas realistas, abordar las barreras emocionales, utilizar técnicas de gestión del tiempo y eliminar distracciones, podemos recuperar el control sobre nuestras responsabilidades y aumentar nuestra productividad. No hay mejor momento que el presente para empezar a vencer estos hábitos y lograr nuestros objetivos de manera más efectiva.
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